Caminando esta carretera, acelero de vez en cuando persiguiendo una fragancia.
De pronto parece que los arboles corrieran, tratando de escapar del suelo en el que tranquilamente yacen sus raíces,
Las nubes se alargan a medida que trato de alcanzarlas y me arropa la noche que no es oscura
Prece después, que esa tela inmensa color lila que me ha cubierto, se oscurece, camuflándose entre las sombras y se lleva la luz,
De repente aparecen millones de luciérnagas, todas estáticas en algún lugar exacto adornadas elegantemente con un halo muy tenue
Los árboles ya cansados, regresan a su suelo y de pronto el viento revuelve sus ramas y los obliga a bailar
La canción que cantan los árboles al danzar con el viento es el ruidoso silencio de este bosque salvaje en el que ahora me encuentro.
El viento huye robándose el perfume de los pinos, quitándole el aroma a las flores, esa esencia que se parece tanto a ti
Y es por eso que lo persigo, lo persigo sin cesar.
Después de un rato, la luz logra escapar de las garras de las sombras y comienza a salir el sol
Entre las hojas de los árboles se cuela una luz que ilumina el suelo húmedo, y se comienzan a evaporar millones de fragancias que jamás pensé encontrar
Se pierde entre ellas, la que el viento se llevó
Viene la calma, el silencio.
Nuevamente el viento se despierta y huye entre los árboles, y aparece esa esencia que se parece tanto a ti.
-Tack, Bista...
"He decidido enfrentar la realidad, así que apenas se ponga linda me avisan." -Mafalda.
miércoles, 31 de agosto de 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Quien.
No se trata de quién eres, sino de quien no eres
Tampoco de quién quieres ser, sino de quien haz sido
Ni siquiera de quién quieres ser, sino de quien dejaste de ser.
No es que me importe quien no eres, pero me importa que no seas quien no quieres
Tampoco me interesa quién quisieras ser, sino quién llegarás a ser
No debería importar quién quieres ser, sino quién no deberías ser
Y deberías ser tú. Tú, conmigo, con el otro, con la otra, con todos.
Pero más que nada, deberías ser tú para mi,
Como seas pero para mi.
Tampoco de quién quieres ser, sino de quien haz sido
Ni siquiera de quién quieres ser, sino de quien dejaste de ser.
No es que me importe quien no eres, pero me importa que no seas quien no quieres
Tampoco me interesa quién quisieras ser, sino quién llegarás a ser
No debería importar quién quieres ser, sino quién no deberías ser
Y deberías ser tú. Tú, conmigo, con el otro, con la otra, con todos.
Pero más que nada, deberías ser tú para mi,
Como seas pero para mi.
sábado, 18 de junio de 2011
Catarsis
Propio, mío, para mi. No porque no lo quiera compartir, sino que no puedo. No me queda de otra que ser egoista. Quizás no me salga muy bien eso de ser egoista, no parece haberme funcionado nunca; no me dejaste serlo. Pero ahora lo que queda es sólo mío, y nadie más lo entiende, es para mi nada más y sólo yo lo puedo sentir. Dolor y rabia, dos componentes...muchos accidentes. Pero lo asumo, porque sólo yo puedo hacerlo. Me hace frente un batallón de lagrimas que morirán al caer al suelo. Estoy en guerra. Te extraño y me dueles en la piel; todavía te siento, sigues aquí. Me quedan por dentro una razón inexplicable y un porqué que me perseguirá siempre. Te amo, no puedo ser más sincera. Algo te arrebató de mi vida en silencio y sin piedad alguna, y yo traté de no darme cuenta. Pero fallé y me di cuenta, y no supe que hacer al principio; luego decidí dejarte ir. Pero sigues aquí, callada y lejana; aquí. Me ves? Yo también sigo aquí, pero no sé si deba estarlo...siento que hay algo que ocupa un lugar más pequeño que el que quiero ocupar, en tu corazón y no cabemos los dos, no quiero compartir mi lugar, no quiero arrimarme. Me escuchas? Tengo tu voz grabada en mi cabeza, te escucho siempre, aunque no me hables.
Sigo queriendo lo mismo que siempre, sigo sonando lo mismo pero ahora me faltas, y los sueños se quedarán siendo sueños. Te convertiste en mi todo para dejarme sin nada, y sin embargo no me arrepiento. Nuestro para siempre se quedó en hasta aquí llegamos, y el futuro se nos vino abajo como una avalancha. Podré reconstruirlo algún día? No lo sé.
Jamás te desearé algo distinto a que seas feliz, porque de eso se trató siempre. Sólo espero que en tu vida nunca te falten las ganas de amar que a mi me sobraban estando contigo.
"From here on, I can't begin again therefore I must continue even though its hard."
miércoles, 1 de junio de 2011
Dos más uno.
"Cuando recorría tu piel sentí que la perdía" le dijo, sentado al borde de la cama. Miraba por la ventana la ciudad que gritaba al compás de las bocinas de los autos. Las luces de los edificios distantes titilaban, rojas azules y amarillas. Todo se veía tranquilo de noche en la ciudad del caos. "Cómo que la perdías?" preguntó vacilando un poco.
Hacía ya meses que se encontraban esporádicamente a complacer un capricho que se les había alargado un poco más de la cuenta. Él solía sentarse en el borde de la cama y fumarse un cigarro dándole su espalda llena de constelaciones de lunares a su acompañante. Ella se fijaba en la silueta a contra luz que se erguía ante ella como una escultura, y casi nunca decía nada.
"Nada, yo sólo me entiendo" Cogió el anillo que dejaba metido en la gaveta, como para que no lo juzgara. Se levantó de la cama y recogió los pantalones negros de su flux revisó los bolsillos y sacó la cajetilla. Tomó un cigarro y lo encendió inhalando las palabras que no se atrevió a decir, disfrazadas con humo y nicotina. "Deberías dejar de fumar" sentenció acostada desde la cama mientras él sin inmutarse inhaló nuevamente una bocanada de humo que luego expulsó sin remordimiento alguno. "Ella me lo ha dicho desde hace años, y sigo fumando. No pierdas tu tiempo." Arrojó la colilla por la ventana y la vio caer, luego se volteó sin mirarla y recogió la camisa blanca, un poco arrugada y se la colocó. "Estás más apurado que de costumbre, te espera?" Él no dijo nada y siguió vistiéndose. Cogió por último la chaqueta y se colgó la corbata del cuello, "hoy son 4 años, tenemos una reservación a las 9, tengo que irme."
Se levantó sin ropas de la cama y se abrió paso entre las cosas que estaban tiradas en el suelo, hasta llegar a él, "Déjame que te amarro la corbata, así no se da cuenta de que te la volviste a hacer."
"Son las 9 y 18, tengo casi veinte minutos esperando sentada" dijo desde la silla, luciendo un hermoso vestido escarlata que habían comprado hace apenas dos meses. "Estás hermosa, discúlpame tuve que quedarme hablando con Guillermo, tenemos que presentar un caso difícil y se nos presentó un inconveniente. Está involucrado en un negocio de drogas con el cartel que trabaja en la frontera con Brasil...no te aburriré con eso" se interrumpió a si mismo dándole un beso en la mejilla. Con qué facilidad podía inventar excusas. Se estaba convirtiendo en un maestro. Ella lo siguió con la mirada mientras se acercaba, y suspiró cuando notó un aroma familiar al besarle, "Guillermo está utilizado el mismo perfume que ella, ahora?" El restaurante se congeló, helando cada parte de su cuerpo, tensando cada músculo y dilatando sus pupilas. "No comiences" escupió entre dientes un poco asustado. "No comenzaré nada, de hecho aprovecharé para ponerle fin a esto" le dijo mirando fijamente el par de ojos café de los que se había enamorado alguna vez. Colocó sobre la mesa vestida de blanco, un anillo de oro más pequeño que el de él, y lo arrimó hasta el centro. Ambas miradas seguían aquellas manos frágiles mientras recorrían el mantel. "Los papeles te llegarán la semana que viene" dijo mirándole. Su quijada, cuadrada y masculina se tensó mientras apretaba los dientes, sin decir nada. "Me cansé de morir por ti, quiero vivir" pronunciaron sus labios con la sutileza más áspera que el conoció jamás. "He sido más fuerte de lo que pensé que podía ser, aguanté más de lo que me imaginaba posible, te perdoné, pero también me cansé. No de que me mintieras nada más, sino de mentirme a mi misma" el silencio se hizo demasiado agudo, y por primera vez él se atrevió a romperlo "Perdóname" ella rió cínica e irónicamente calmada, "qué poco necesitas mi perdón." Se levantó de la silla, y recogió la cartera que estaba colgada del respaldar. La mirada de él seguía perdida en el blanco del mantel mientras, la antes dueña del anillo que quedó abandonado en la mesa, se marchaba.
"Y tu cena?" preguntó al abrir la puerta. "Guillermo no usa tu perfume. Me dejó el anillo" respondió, borracho. "Pasa" le dijo indiferente, cerrando la puerta después de que pasara. "Y ahora, qué?" preguntó viendo aquel par de ojos café enrojecidos. "Nada, no quiero pensar" dijo recostándose en un sofá, "la perdí recorriendo tu piel."
Hacía ya meses que se encontraban esporádicamente a complacer un capricho que se les había alargado un poco más de la cuenta. Él solía sentarse en el borde de la cama y fumarse un cigarro dándole su espalda llena de constelaciones de lunares a su acompañante. Ella se fijaba en la silueta a contra luz que se erguía ante ella como una escultura, y casi nunca decía nada.
"Nada, yo sólo me entiendo" Cogió el anillo que dejaba metido en la gaveta, como para que no lo juzgara. Se levantó de la cama y recogió los pantalones negros de su flux revisó los bolsillos y sacó la cajetilla. Tomó un cigarro y lo encendió inhalando las palabras que no se atrevió a decir, disfrazadas con humo y nicotina. "Deberías dejar de fumar" sentenció acostada desde la cama mientras él sin inmutarse inhaló nuevamente una bocanada de humo que luego expulsó sin remordimiento alguno. "Ella me lo ha dicho desde hace años, y sigo fumando. No pierdas tu tiempo." Arrojó la colilla por la ventana y la vio caer, luego se volteó sin mirarla y recogió la camisa blanca, un poco arrugada y se la colocó. "Estás más apurado que de costumbre, te espera?" Él no dijo nada y siguió vistiéndose. Cogió por último la chaqueta y se colgó la corbata del cuello, "hoy son 4 años, tenemos una reservación a las 9, tengo que irme."
Se levantó sin ropas de la cama y se abrió paso entre las cosas que estaban tiradas en el suelo, hasta llegar a él, "Déjame que te amarro la corbata, así no se da cuenta de que te la volviste a hacer."
"Son las 9 y 18, tengo casi veinte minutos esperando sentada" dijo desde la silla, luciendo un hermoso vestido escarlata que habían comprado hace apenas dos meses. "Estás hermosa, discúlpame tuve que quedarme hablando con Guillermo, tenemos que presentar un caso difícil y se nos presentó un inconveniente. Está involucrado en un negocio de drogas con el cartel que trabaja en la frontera con Brasil...no te aburriré con eso" se interrumpió a si mismo dándole un beso en la mejilla. Con qué facilidad podía inventar excusas. Se estaba convirtiendo en un maestro. Ella lo siguió con la mirada mientras se acercaba, y suspiró cuando notó un aroma familiar al besarle, "Guillermo está utilizado el mismo perfume que ella, ahora?" El restaurante se congeló, helando cada parte de su cuerpo, tensando cada músculo y dilatando sus pupilas. "No comiences" escupió entre dientes un poco asustado. "No comenzaré nada, de hecho aprovecharé para ponerle fin a esto" le dijo mirando fijamente el par de ojos café de los que se había enamorado alguna vez. Colocó sobre la mesa vestida de blanco, un anillo de oro más pequeño que el de él, y lo arrimó hasta el centro. Ambas miradas seguían aquellas manos frágiles mientras recorrían el mantel. "Los papeles te llegarán la semana que viene" dijo mirándole. Su quijada, cuadrada y masculina se tensó mientras apretaba los dientes, sin decir nada. "Me cansé de morir por ti, quiero vivir" pronunciaron sus labios con la sutileza más áspera que el conoció jamás. "He sido más fuerte de lo que pensé que podía ser, aguanté más de lo que me imaginaba posible, te perdoné, pero también me cansé. No de que me mintieras nada más, sino de mentirme a mi misma" el silencio se hizo demasiado agudo, y por primera vez él se atrevió a romperlo "Perdóname" ella rió cínica e irónicamente calmada, "qué poco necesitas mi perdón." Se levantó de la silla, y recogió la cartera que estaba colgada del respaldar. La mirada de él seguía perdida en el blanco del mantel mientras, la antes dueña del anillo que quedó abandonado en la mesa, se marchaba.
"Y tu cena?" preguntó al abrir la puerta. "Guillermo no usa tu perfume. Me dejó el anillo" respondió, borracho. "Pasa" le dijo indiferente, cerrando la puerta después de que pasara. "Y ahora, qué?" preguntó viendo aquel par de ojos café enrojecidos. "Nada, no quiero pensar" dijo recostándose en un sofá, "la perdí recorriendo tu piel."
martes, 31 de mayo de 2011
Yo sí me quejo y me seguiré quejando.
Yo confieso ser una persona quejica. Sí, y no me importa lo que digan. Creo fielmente que sólo quienes se quejan de las cosas, son los que [nos damos] se dan cuenta de que hay algo malo en como se están haciendo las cosas, y nosotros (a quienes de hecho nos deberían agradecer) sólo las sacamos a relucir. Hoy me quejaré, para no perder la costumbre, de algo que me tiene hasta el borde: ese decir que va "la juventud de hoy en día" acompañada de malas caras, refunfuños, desaprobación y ceños fruncidos.
Sé que soy parte de una generación a la que acusan de hedonista, por nuestras NUEVAS tendencias, culturas, manías, rollos, adicciones, etc. Lamentablemente, de los juicios de la sociedad, ninguno puede escapar, pero sí ignorar. Yo decido ignorar muchas cosas, pero hay otras de las cuales no puedo zafarme y son más fastidiosas que una astilla en un dedo, y por eso me quejo.
El hedonismo es un término bastante rudo que usan los "adultos" para describir a los "chamos" de hoy en día, porque dicen que no creemos en nada, ni en nadie, ni valoramos las cosas como deberíamos, que somos todos "una cuerda de faltas de respeto" y demás. Que hemos perdido los valores, que echamos nuestra educación a la basura, que esto, que lo otro. Por qué somos "hedonistas"? pregunto yo, si somos todos producto de lo que vivimos gracias a la sociedad en la que nacimos, en esa que NO CONSTRUIMOS nosotros, sino generaciones pasadas? Porque ya no somos esclavos de una institución religiosa, porque creemos en cosas diferentes, porque nos apasionan distintas metas en la vida? B.S! [Me ahorraré la explicación de estas siglas, algunos espero podrán comprenderlas.] No quiero echarle la culpa a nadie en particular, pero creo que las generaciones anteriores, nuestros padres, nuestros abuelos, deberían reflexionar un poco. Gracias a ustedes y a otros factores más, la juventud de hoy es como es. Comenzaré a decir el porqué de mi acusación, aunque realmente no estén de acuerdo conmigo... Gracias a los padres corruptos, existen hijos que pierden el camino y crecen sin moral ni ética. Gracias a las infidelidades y a los divorcios, muchos jóvenes no creen en el amor, ni en las promesas eternas en las que muchos años atrás se fundaban los casamientos. Gracias a las normas establecidas por ustedes, cada día hay más jóvenes con miedo a no ser aceptados como realmente son, y actúan de manera irresponsable por "cuadrar" en un grupo social regido por estándares totalmente absurdos. Gracias a su poca comprensión del cambio ideológico que se ha venido dando desde hace años, cada día más niños necesitan ir a terapias con psicólogos y/o psiquiatras porque sienten miedo de hablarles a sus padres sobre sus problemas y/o preocupaciones. Hoy en día hay más peleas en la familia que reuniones familiares. Gracias a su materialismo y a la sobre valoración del dinero, cada día hay más robos, más competencia absurda, envidia y más niños criados por niñeras contratadas. Cada día gracias a su afán por trabajar y querer tener dinero hay más jóvenes pensando en "carreras prometedoras de un futuro seguro (económicamente)" y no feliz. Hoy en día el mundo gira en torno a quién tiene más dinero, y no en torno a quién está más a gusto consigo mismo. Gracias a la presión que ejercen los regímenes sociales muchos tratan de encajar en grupos en los que no se sienten cómodos, sólo por complacer esas normas predeterminadas del mundo y a SUS PADRES Y FAMILIAS. Una educación costosa jamás remplazará la atención familiar que necesitan los niños para crecer y madurar correctamente. Hoy en día los padres nunca se enteran realmente de quiénes son sus hijos, hasta que tienen que pagar una fianza para sacarlos de la cárcel, hasta que un amigo los llama y les dice que deben ir al hospital porque tuvieron un accidente manejando ebrios, hasta que se convierten en abuelos a 15 años de haberse convertido en padres. Y esto por qué? Porque quienes realmente han dejado de lado los valores familiares, la educación de la que tanto se jactan haber recibido, e incluso en algunos casos el respeto a los padres, esos que se olvidan de quienes querían ser, no somos nosotros, son ellos.
Entonces, hasta que no haya un equilibrio y una comprensión del tiempo en el que vivimos, seguiré quejándome, esperando como siempre que las cosas mejoren siempre. Aunque me apego mucho a la realidad siempre, y se que ese pensamiento bárbaro y cavernícola que consume las mentes de generaciones pasadas no se va a desvanecer 'así como así', soy optimista, quizás porque se que igual no les va a quedar de otra que aceptarlo, y eventualmente (y no sé por qué si ya empiezo a perder fe en la gente, tengo la esperanza de que se revisen y reflexionen antes de culparnos a nosotros mismos de todo lo que somos, queremos ser, seremos o dejaremos de ser.)
El pasado no vuelve, y el futuro está en nuestras manos, no en las de ellos.
Si no puedes contra ellos, úneteles.
Sé que soy parte de una generación a la que acusan de hedonista, por nuestras NUEVAS tendencias, culturas, manías, rollos, adicciones, etc. Lamentablemente, de los juicios de la sociedad, ninguno puede escapar, pero sí ignorar. Yo decido ignorar muchas cosas, pero hay otras de las cuales no puedo zafarme y son más fastidiosas que una astilla en un dedo, y por eso me quejo.
El hedonismo es un término bastante rudo que usan los "adultos" para describir a los "chamos" de hoy en día, porque dicen que no creemos en nada, ni en nadie, ni valoramos las cosas como deberíamos, que somos todos "una cuerda de faltas de respeto" y demás. Que hemos perdido los valores, que echamos nuestra educación a la basura, que esto, que lo otro. Por qué somos "hedonistas"? pregunto yo, si somos todos producto de lo que vivimos gracias a la sociedad en la que nacimos, en esa que NO CONSTRUIMOS nosotros, sino generaciones pasadas? Porque ya no somos esclavos de una institución religiosa, porque creemos en cosas diferentes, porque nos apasionan distintas metas en la vida? B.S! [Me ahorraré la explicación de estas siglas, algunos espero podrán comprenderlas.] No quiero echarle la culpa a nadie en particular, pero creo que las generaciones anteriores, nuestros padres, nuestros abuelos, deberían reflexionar un poco. Gracias a ustedes y a otros factores más, la juventud de hoy es como es. Comenzaré a decir el porqué de mi acusación, aunque realmente no estén de acuerdo conmigo... Gracias a los padres corruptos, existen hijos que pierden el camino y crecen sin moral ni ética. Gracias a las infidelidades y a los divorcios, muchos jóvenes no creen en el amor, ni en las promesas eternas en las que muchos años atrás se fundaban los casamientos. Gracias a las normas establecidas por ustedes, cada día hay más jóvenes con miedo a no ser aceptados como realmente son, y actúan de manera irresponsable por "cuadrar" en un grupo social regido por estándares totalmente absurdos. Gracias a su poca comprensión del cambio ideológico que se ha venido dando desde hace años, cada día más niños necesitan ir a terapias con psicólogos y/o psiquiatras porque sienten miedo de hablarles a sus padres sobre sus problemas y/o preocupaciones. Hoy en día hay más peleas en la familia que reuniones familiares. Gracias a su materialismo y a la sobre valoración del dinero, cada día hay más robos, más competencia absurda, envidia y más niños criados por niñeras contratadas. Cada día gracias a su afán por trabajar y querer tener dinero hay más jóvenes pensando en "carreras prometedoras de un futuro seguro (económicamente)" y no feliz. Hoy en día el mundo gira en torno a quién tiene más dinero, y no en torno a quién está más a gusto consigo mismo. Gracias a la presión que ejercen los regímenes sociales muchos tratan de encajar en grupos en los que no se sienten cómodos, sólo por complacer esas normas predeterminadas del mundo y a SUS PADRES Y FAMILIAS. Una educación costosa jamás remplazará la atención familiar que necesitan los niños para crecer y madurar correctamente. Hoy en día los padres nunca se enteran realmente de quiénes son sus hijos, hasta que tienen que pagar una fianza para sacarlos de la cárcel, hasta que un amigo los llama y les dice que deben ir al hospital porque tuvieron un accidente manejando ebrios, hasta que se convierten en abuelos a 15 años de haberse convertido en padres. Y esto por qué? Porque quienes realmente han dejado de lado los valores familiares, la educación de la que tanto se jactan haber recibido, e incluso en algunos casos el respeto a los padres, esos que se olvidan de quienes querían ser, no somos nosotros, son ellos.
Entonces, hasta que no haya un equilibrio y una comprensión del tiempo en el que vivimos, seguiré quejándome, esperando como siempre que las cosas mejoren siempre. Aunque me apego mucho a la realidad siempre, y se que ese pensamiento bárbaro y cavernícola que consume las mentes de generaciones pasadas no se va a desvanecer 'así como así', soy optimista, quizás porque se que igual no les va a quedar de otra que aceptarlo, y eventualmente (y no sé por qué si ya empiezo a perder fe en la gente, tengo la esperanza de que se revisen y reflexionen antes de culparnos a nosotros mismos de todo lo que somos, queremos ser, seremos o dejaremos de ser.)
El pasado no vuelve, y el futuro está en nuestras manos, no en las de ellos.
Si no puedes contra ellos, úneteles.
miércoles, 25 de mayo de 2011
No sé qué decir, pero sí qué no decir.
Cuando no sabes qué decir, siempre sabes exactamente qué no decir. Es un poco irónico, la verdad, pero completamente cierto. Esos momentos, un tanto ásperos, en los que escuchas salir de la boca de alguien, algo que te impresiona dudas qué decir naturalmente, porque en el instante en el que vas a decir algo, piensas y no dices nada porque sabes que lo que pensabas decir, es justamente lo que no quieres decir. Quizás esto sucede por el hecho de que todos nuestros pensamientos surgen de la contrariedad de nuestras ideas, y cuando queremos decir algo dudamos si es eso lo que queremos que nos escuchen decir.
El dilema está en ser dueños de nuestras palabras y actos, y no esclavos de los mismos.Cada que nos quedamos "sin nada que decir" y admitimos este falso testimonio, maquinamos todas las cosas que queremos decir, y que acabamos de condenar a morir en nuestro pensamiento. Y quiénes somos nosotros para ahogar las palabras? Nadie? No lo sé, ustedes qué piensan? Pero, y quiénes son ellas para ahogarnos a nosotros? Te pone a pensar, no? Bueno, creo firmemente que cuando decimos "no se que decir" y "no se que hacer" el problema real al que nos enfrentamos es que sabemos qué QUEREMOS decir y/o hacer, pero sabemos qué podría pasar si lo llevamos a cabo. Es todo un asunto de mentes brillantes, para evitar consecuencias a futuro con las que sabemos que NO QUEREMOS enfrentarnos. Somos todos maestros del arte de eludir los por menores de nuestras acciones. O es que ahora, me van a decir que JAMÁS se han quedado "poncha'os" durante unos minutos pensando en qué decir o hacer antes de decir "no sé que decir/hacer"? Ajá! Bueno, resulta que en esos momentos de autismo simulado, como le he decidido llamar, pensamos en el "si hago esto, va a pasar tal, entonces, mie- mejor no, pero si digo que no, es como que rechazo demasiado la cosa, pero- Ay, en verdad no sé qué decir" Me da hasta risa y todo, a ustedes no? A veces pensamos mucho las cosas, por eso de vez en cuando no es malo simplemente dejar que todo fluya, dejarse llevar. "Take a leap, jump, risk it, be all in" escoge sin pensar tanto, todos hemos escuchado que las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas. Claro, siempre hay que estar consciente de las consecuencias, pero soy partidaria de no perder oportunidades en la vida, de decir o hacer algo.
"El que no arriesga no gana. El que arriesga todo, tiene cojones."
El dilema está en ser dueños de nuestras palabras y actos, y no esclavos de los mismos.Cada que nos quedamos "sin nada que decir" y admitimos este falso testimonio, maquinamos todas las cosas que queremos decir, y que acabamos de condenar a morir en nuestro pensamiento. Y quiénes somos nosotros para ahogar las palabras? Nadie? No lo sé, ustedes qué piensan? Pero, y quiénes son ellas para ahogarnos a nosotros? Te pone a pensar, no? Bueno, creo firmemente que cuando decimos "no se que decir" y "no se que hacer" el problema real al que nos enfrentamos es que sabemos qué QUEREMOS decir y/o hacer, pero sabemos qué podría pasar si lo llevamos a cabo. Es todo un asunto de mentes brillantes, para evitar consecuencias a futuro con las que sabemos que NO QUEREMOS enfrentarnos. Somos todos maestros del arte de eludir los por menores de nuestras acciones. O es que ahora, me van a decir que JAMÁS se han quedado "poncha'os" durante unos minutos pensando en qué decir o hacer antes de decir "no sé que decir/hacer"? Ajá! Bueno, resulta que en esos momentos de autismo simulado, como le he decidido llamar, pensamos en el "si hago esto, va a pasar tal, entonces, mie- mejor no, pero si digo que no, es como que rechazo demasiado la cosa, pero- Ay, en verdad no sé qué decir" Me da hasta risa y todo, a ustedes no? A veces pensamos mucho las cosas, por eso de vez en cuando no es malo simplemente dejar que todo fluya, dejarse llevar. "Take a leap, jump, risk it, be all in" escoge sin pensar tanto, todos hemos escuchado que las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas. Claro, siempre hay que estar consciente de las consecuencias, pero soy partidaria de no perder oportunidades en la vida, de decir o hacer algo.
"El que no arriesga no gana. El que arriesga todo, tiene cojones."
martes, 24 de mayo de 2011
La vida, va algo así.
Por qué hoy y ayer no se parecen nada a mañana? En el pasado cometimos errores, muchos que lamentablemente estamos destinados a cometer nuevamente en el futuro. "El hombre es el único animal que se da dos veces con la misma piedra" esto abre una gran interrogante: si somos el único animal que repite dos veces la misma hazaña y esperamos un resultado distinto cada vez, dónde queda que "de los errores se aprende?" Es una pregunta un poco amplia para discutirla y llegar a un acuerdo, pero he aquí una opinión más al respecto del tema.
Una vez leí una cita muy particular, algo cínica y cómica, decía algo así: "La mayoría de las personas aprenden observando, otros aprenden experimentando, y existen aquellos quienes tocan el fuego para ver si realmente está caliente."
Si bien es cierto que luego de tocar una llama, o en su defecto algo caliente, el dolor es casi insoportable y la inflamación es evidentemente terrible, lo lógico es que entendamos que no debemos volver a tocarla. Bueno, pues resulta que en muchos casos, no es así. Hay gente terca, masoquista y en mi opinión un poco tonta, que a pesar de quemarse una, dos y tres veces, regresan a la llama tal cual mariposas a un bombillo. No sé ustedes, pero yo admito que soy parte de esa gente.
Quizás algunos piensen que, la razón por la cual volvemos a darnos con la misma piedra más de una vez y no aprendemos de nuestros errores, es que la gente no cambia. FALSO. Sí, es falso. La gente sí cambia, el cambio es algo constante en absolutamente TODO en el universo. Y por eso, esperamos siempre de lo mismo, algo diferente. Porque inevitablemente, esperamos inconscientemente un resultado mejor cada vez que algo sale mal. Y así se llega a grandes cosas. Entra aquí lo de "la practica nos lleva a la perfección" y otras filosofías. Es algo que, me parece, va de la mano, el tratar más de una vez algo, las segundas oportunidades, y eso del cambio. Simplemente, a medida que van pasando los años, ganamos experiencias, maduramos.
Claro que aprendemos de los errores, claro que nos damos dos veces con la misma piedra y esperamos resultados distintos cada vez. Porque creo que el optimismo es algo innato, la esperanza de que las cosas sean diferentes aún haciendo todo igual, y más si mejoramos. Claro que sí cambiamos, nos adaptamos, pero siempre querremos algo en particular, algo que aprendí estudiando antropología filosófica, nuestro fin último, siempre será la felicidad. Por eso, nos seguiremos dando con la misma piedra dos veces si es así que encontramos la felicidad, y si aprenderemos de los errores que cometemos la primera vez al tratar de conseguirlo, para mejorar el resultado, que finalmente será siempre el mismo.
Es simple, vive y aprende.
"No hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida" W.Shakespeare
Una vez leí una cita muy particular, algo cínica y cómica, decía algo así: "La mayoría de las personas aprenden observando, otros aprenden experimentando, y existen aquellos quienes tocan el fuego para ver si realmente está caliente."
Si bien es cierto que luego de tocar una llama, o en su defecto algo caliente, el dolor es casi insoportable y la inflamación es evidentemente terrible, lo lógico es que entendamos que no debemos volver a tocarla. Bueno, pues resulta que en muchos casos, no es así. Hay gente terca, masoquista y en mi opinión un poco tonta, que a pesar de quemarse una, dos y tres veces, regresan a la llama tal cual mariposas a un bombillo. No sé ustedes, pero yo admito que soy parte de esa gente.
Quizás algunos piensen que, la razón por la cual volvemos a darnos con la misma piedra más de una vez y no aprendemos de nuestros errores, es que la gente no cambia. FALSO. Sí, es falso. La gente sí cambia, el cambio es algo constante en absolutamente TODO en el universo. Y por eso, esperamos siempre de lo mismo, algo diferente. Porque inevitablemente, esperamos inconscientemente un resultado mejor cada vez que algo sale mal. Y así se llega a grandes cosas. Entra aquí lo de "la practica nos lleva a la perfección" y otras filosofías. Es algo que, me parece, va de la mano, el tratar más de una vez algo, las segundas oportunidades, y eso del cambio. Simplemente, a medida que van pasando los años, ganamos experiencias, maduramos.
Claro que aprendemos de los errores, claro que nos damos dos veces con la misma piedra y esperamos resultados distintos cada vez. Porque creo que el optimismo es algo innato, la esperanza de que las cosas sean diferentes aún haciendo todo igual, y más si mejoramos. Claro que sí cambiamos, nos adaptamos, pero siempre querremos algo en particular, algo que aprendí estudiando antropología filosófica, nuestro fin último, siempre será la felicidad. Por eso, nos seguiremos dando con la misma piedra dos veces si es así que encontramos la felicidad, y si aprenderemos de los errores que cometemos la primera vez al tratar de conseguirlo, para mejorar el resultado, que finalmente será siempre el mismo.
Es simple, vive y aprende.
"No hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida" W.Shakespeare
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