martes, 29 de junio de 2010

Un cuento…

...En el que, cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.


Corría bajo las luces de unos cuantos faros que alumbraban pobremente una calle solitaria. Sudado, cansado y con frío, se adentra a un callejón, escuchando sus propios pasos apresurados. Se recostó de una pared, mientras respiraba apresuradamente. Su corazón late rápidamente, y las gotas de sudor bajan por sus mejillas. El olor del asfalto mojado, inunda sus pulmones. Miró hacia el cielo oscuro y luego cerró los ojos con fuerza, respiro profundo y bajó la cabeza.
- De qué huyes?- preguntó una voz.
- No lo sé.. - Respondió el chico, sin saber a quién le hablaba, arrugando la cara y bajando las cejas.
- Voz: De tu pasado?
- Chico: Puede ser..- Responde nuevamente extrañado, pero indiferente, mientras busca algo en sus bolsillos.
- Voz: El pasado no vuelve…
- Chico: Siento que corro y corro, sin rumbo.- De su bolsillo derecho saca una pequeña bolsa.-
- Voz: Hacia dónde corres?
- Chico: Ya te dije que no lo sé.- Respondió un poco irritado. Inhala el polvillo blanco, y aprieta su nariz con sus dedos.
- Voz: al futuro? El futuro se hace a partir de tu presente.
- Chico: Es que el pasado me persigue.- Responde, mirando fijamente la bolsa, apoyando su cabeza y un pie sobre la pared en la que se estaba recostando.
- Voz: Te persigue porque es tuyo, porque no es de más nadie. Es lo que te hace ser quien eres, sin duda, pero es pasado.
- Chico: Y eso qué tiene que ver? Me tortura, no me deja vivir.
-Voz: Hay que dejarlo ser lo que fue, y tratar de que lo que vaya a ser, sea lo mejor. Pero por el camino que vas, no será así.
- Chico: Y tú quién o qué eres, para estar dándome lecciones de vida?- Responde con una expresión desafiante y bastante irritado, mientras hunde nuevamente su nariz en aquel blanco tormento.
- Voz: Nadie.
- Chico: No existes. Estás en mi cabeza. Déjame en paz.- Respondió apretando su nariz, cerrando los ojos, tratando de acalarar su vista, como quien se toma un trago de licor puro.
- Voz: Hasta que no me escuches, no te librarás de mi.
- Chico: Basta!- Dijo con autoridad.
- Voz: Mientras existas, existiré. Mientras te hagas daño, te molestaré. Porque soy tu conciencia. - Chico: Y qué se supone que debo hacer?- Preguntó desafiante.
- Voz: Sólo tú sabes eso. Yo soy producto de tu interior.
- Chico: Me estoy volviendo loco!- Grita mientras utiliza sus manos para tapar sus oidos.
- Voz: Tranquilo, todo estará bien.
- Chico: Ay! Por dios! No me vengas con esa!- Quita sus manos de su cabeza.
- Voz: Con qué? Son tus propias esperanzas, recuerda.
- Chico: Ya, basta!- Grita a todo gañote, y escucha el eco de su propia voz en aquel callejón vacío. Su espalda resbala de la pared y cae sentado sobre el suelo. Abraza sus rodillas y las aprieta contra su pecho.
- Voz: A quién le gritas?
- Chico: Al que me oiga!
- Voz: Si no te escuchas tu primero, no pretendas que te oigan los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario